CAPACITACIÓN 2019 | CURSO

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    "Las entrevistas preliminares en psicoanálisis".

     

     

    Información

    Dictante: Mg. Ignacio Neffen | Colaborador docente: Lic. Luciano Simón.

    Inicia: miércoles 17 de abril, 19.30 hs. (Frecuencia quincenal: 8/5, 22/5, 5/6, 19/6 y 5/7).
    Entrada libre y sin arancel (Se entregan certificados).
    Lugar: Foro Cultural Universitario - Sala Saer, 9 de Julio 2154 (Santa Fe).
    Inscripción: Para inscribirse al Curso deberá completar el formulario en línea en www.ignacioneffen.com.ar

     


     

    FUNDAMENTACIÓN

    El sintagma entrevistas preliminares se extrae de la obra del psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981). Puede afirmarse que es una denominación que no cuenta con la consistencia de un concepto en el interior de su enseñanza, en tanto sólo se constatan dos breves alusiones a la altura del Seminario 19 “O peor” (1971-72). Sin embargo, entrevistas preliminares es un significante de uso común entre los practicantes de psicoanálisis hoy en día, aunque ello no implica que exista consenso sobre su estructura y significación en la dirección de la cura. Como su nombre lo indica, las entrevistas preliminares anteceden al análisis propiamente dicho, sin por ello excluirse del dispositivo analítico en sí y su ética sin par. La entrada en análisis, otro sintagma no desplegado por el mismo Lacan en su tiempo, precipita el pasaje entre un momento y otro de la experiencia analítica. Por tanto, se impone una pregunta, ¿a qué responde la opacidad de ambos términos en íntima relación y contigüidad, a saber, entrevistas preliminares y entrada en análisis?
    Existen definiciones que se destacan por su simpleza: “Un tiempo particular que va desde que el sujeto se encuentra con un analista por primera vez hasta el momento en que comienza el análisis” (Cottet, S. 1984). De un modo más específico se afirma que es el tiempo necesario para que un paciente devenga un analizante. Ahora bien, ¿cómo delimitar ese umbral cuyo franqueamiento da por resultado un analizante? Más aún cuando el psicoanálisis rechaza los protocolos estandarizados —tan apreciados en medicina y la psicología adicta al cientificismo— y se aleja también de los postulados de un saber técnico, impuesto bajo la lógica del “para todos”, que busca eludir la responsabilidad de quien dirige no un paciente sino una cura. J.-A. Miller (1998) indica que el analista puede orientarse en ese terreno a partir de los principios inherentes al discurso psicoanalítico y su forma de lazo sin precedentes. Principios generales cuya aplicación particular, renovada cada vez en la singularidad del caso por caso, recae sobre el analista y la responsabilidad solitaria de su acto en tanto apuesta sin garantías.
    Al respecto, en su seminario Lacan explica a su auditorio: “Medir lo que se hace cuando se entra en un psicoanálisis, es algo que tiene precisamente su importancia, pero en todo caso, en cuanto a mí, que se indica en el hecho de que yo procedo siempre a numerosas entrevistas preliminares” (1971). De la cita que antecede se extrae un término, medir. Si se asume que es el analista quien mide, ¿qué mide allí en ese tiempo y espacio? ¿Se trata acaso de la hipótesis diagnóstica, el tipo de demanda de análisis, la presencia o ausencia de rectificación subjetiva, la puesta en forma del síntoma analítico, el lugar de la enunciación o la posición subjetiva, la instalación de la transferencia (SsS) o incluso la relación del sujeto con la producción de un saber sobre la causa de su malestar? En suma, todos ellos elementos constitutivos e indispensables, pero no suficientes para dar cuenta de la complejidad del lapso inherente a las entrevistas preliminares.
    La propuesta del presente Curso busca interrogar un concepto tan esencial a la práctica del psicoanálisis como también, al mismo tiempo, poco explorado en su especificidad. Lejos de ser un esfuerzo puramente conceptual, lejos de reducirse a una depuración de la llamada “técnica”, lejos de inmovilizarse en la rigidez de un “encuadre”, nuestra interrogación alude más al corazón mismo de la ética psicoanalítica en su distancia irreductible con las múltiples ofertas de las psicoterapias contemporáneas, las burocracias sanitarias y los ideales del campo de la salud mental.